Hay que ser un auténtico genio del dibujo para reproducir los largos pezones de una vaca en un personaje antropomórfico, y aun así hacerla realmente sexy... Al margen de eso, una historia vainilla con una linda monstruita y toques de comedia aquí y allá; realmente exquisito.
Me hubiera gustado ver mas un Oyakodon donde la hija fuera la meta y la Madre el extra pero bueno, por cierto esta mas God esta Historia del Mismo Autor